martes, 30 de abril de 2013

Economía de hoy para valientes - Bernardo Pérez Andreo

"Bernardo Pérez Andreo". Es lo único que ponía el vídeo que me ha enviado un amigo. Él ya sabía que me iba a gustar. Al poco volví a hablar con mi amigo y me preguntó si había visto el vídeo. Ya le dije que había tenido un día apretado y que sacaría un rato al final del día. Y así lo hice:



He disfrutado porque es la síntesis de lo que he captado, sentido, pensado y expresado en los últimos meses. Incluso he llegado a decir que un poeta (honesto, claro) debería hablar hoy de las leyes del mercado, de las expectativas, la eficiencia y de los tipos de interés. Y el tipo de interés de ese vídeo para mí hoy está muy alto. Sí señor, me interesa mucho.

Lo tiro por la ventana por si a algún transeúnte le interesa tanto como a mí.


PD: por cierto, Bernardo, me alegro de "haberte conocido".

sábado, 13 de abril de 2013

EN ARROYO FRENTE A VILLA BERTA - E. Alberto

Dijo Eliseo Alberto (Arroyo Naranjo, Cuba 10/IX/1951- Ciudad de México 31/VII/2011) que sólo se escribió un poema a él mismo. Es éste. Me encanta. Es una medicina. Pero de las que además de curar dejan buen sabor de boca. Yo lo leo a veces. Teniendo en cuenta sus efectos terapéuticos, creo que debería recitarlo con más frecuencia y ser más consciente de lo que estoy diciendo. 

Hay una sed en nuestro corazón que no la apaga el éxito, ni las tristezas, las frustraciones o el dinero. Hay una verdad escondida dentro de nosotros. Tenemos el derecho a ser nosotros mismos, a gustar la libertad y la felicidad de andar así de sueltos. Y tenemos también algunos aliados importantes: el primero somos nosotros mismos; el segundo son las personas que han optado por responder por el niño original que llevamos dentro.

Gracias al poeta por compartir estos versos. Son un abrazo cargado de esperanza al corazón.

En Arroyo frente a Villa Berta.
Desesperado te busco y no te hallo 
en ninguno de nuestros escondites.
No hagas trampas: por más que tú lo evites
te escucho respirar cuando me callo. 
Si sufres, ay mi amor, de amor estallo.  
No soy menos que tú, sólo más viejo.
Mis manos de tus manos son reflejo. 
En tu batalla a tu lado hoy batallo.

Estás dentro de mí, ¿de qué me quejo?
No perderte jamás, eso deseo.
Cada noche con qué ilusión te llamo.

Mientras vea tu miedo en cada espejo,
responderé por ti, niño Eliseo.
Desesperado te busco: yo te amo.
Eliseo Alberto