Oye Señor mi causa justa
atiende mi clamor
Escucha mi oración que no son slogans
Júzgame tú
y no sus Tribunales
Si me interrogas de noche con un reflector
con tu detector de mentiras
no hallarás en mí ningún crimen
Yo no repito lo que dicen los radios de los hombres
ni su propaganda comercial
ni su propaganda política
Yo guardé tus palabras
y no sus consignas
Yo te invoco
porque me has de escuchar
oh Dios
oye mi palabra
Tú que eres el defensor de los deportados
y de los condenados en Consejos de Guerra
y de los presos en los campos de concentración
guárdame como a la niña de tus ojos
debajo de tus alas escóndeme
libértame del dictador
y de la mafia de los gángsters
Sus ametralladoras están emplazadas contra nosotros
y los slogans de odio nos rodean
Los espías rondan mi casa
los policías secretos me vigilan de noche
estoy en medio de los gangsters
Levántate Señor
sal a su encuentro
derríbalos
Arrebátame de las garras de los Bancos
con tu mano Señor líbrame del hombre de negocios
y del socio de los clubs exclusivos
¡de esos que ya han vivido demasiado!
los que tienen repletas sus refrigeradoras
y sus mesas llenas de sobras
y dan el caviar a los perros
Nosotros no tenemos entrada a su Club
pero tú nos saciarás
cuando pase la noche.
Autor: Ernesto Cardenal
Título: Salmo 16 (17)
Libro: Salmos
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